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Habemus Papam… o la Feminización del mundo
Habemus Papam | Nanni Moretti | 2011
Guido Coll

“La inexistencia del Otro inaugura verdaderamente lo que llamamos la época lacaniana del psicoanálisis —que es la nuestra—, la época de los desengañados, la época de la errancia” (Miller, 2006:11)

1-Introducción

La película dirigida por Nanni Moretti, Habemus Papam (Nanni Moretti 2011), es antes que nada una película que habla de su época. Tiene la genialidad propia de las obras que logran retratar con un tinte cómico, un tema complejo y central de su tiempo. En este caso, aborda —entre otras cosas— el difícil tema de la inexistencia del Otro y los efectos que esto provoca.
El film narra la historia de Mellville (Michel Piccoli), un Cardenal que se niega a asumir como Sumo Pontífice, puesto para el que acaba de ser elegido en el cónclave.

Mellville parece no estar a la altura de ser el representante de Dios en la tierra. Desde este punto la película pondrá en escena las aventuras y desventuras por las que atraviesa un grupo de cardenales, el portavoz del Vaticano (Jerzy Stuhr) y un psicoanalista (Nanni Moretti) en su intento de revertir esta decisión.

De esta manera Moretti interroga a una de las instituciones más representativas en la historia de occidente y el modo discursivo en que se ha ordenado el mundo a partir de la creencia en Un padre y la lógica de funcionamiento que de éste se desprende: la lógica masculina.

La película finaliza con una escena extraordinaria que da cuenta del estado actual de la época contemporánea: un vacío que no puede cumplir su función con las ficciones que antaño le eran útiles.

A partir de allí, la civilización actual —y esta es la hipótesis que plantea y pretende aproximarse el presente ensayo— va adquiriendo un modo de funcionamiento lógico-discursivo, pasible de ser leído desde las posiciones lógicas femeninas; lo cual podría pronunciarse como la feminización del mundo.

2-Habemus Papam

El padre, la función que éste ha cumplido no sólo en la estructuración subjetiva sino también en la civilización, ha sido y es un tema recurrente en la literatura psicoanalítica, a partir de la obra de Sigmund Freud y de la enseñanza de Jacques Lacan.

Dos mitos parecen situar el lugar y la función del padre en la obra de Freud: el mito de Sófocles, Edipo rey (Freud, 1924), y el mito de banquete totémico (Freud, 1913). El primero refiere a la importancia de éste en la estructuración subjetiva, y el segundo refiere al nacimiento de la cultura.

Jacques Lacan, sirviéndose de la lógica, la matemática y la lingüística estructural, tomará estos mitos para situar la función del padre. En esta operación priorizará su operatividad en la dimensión de la función, desplazando el padre al plano significante, denominándolo el Nombre-del-Padre: un significante que tenga efectos por ser radicalmente diferente a los demás, a partir de lo cual los otros significantes adquieren significado.

Según Jacques-Alain Miller, Lacan “introduce la logificación del Nombre del Padre, que reconocemos en el reverso del psicoanálisis, en el significante Amo, que es el heredero del Nombre-del-Padre y de Los Nombres del Padre, pero resumido, desecado completamente como una pura función lógica sin nada de lo mítico” (Miller, 2009: 94).

De este modo de pensar al padre en un plano significante, es que podemos elucidar el funcionamiento y el orden social de los últimos siglos en la civilización occidental, caracterizado por grandes instituciones, ideologías, relatos, que de algún modo u otro cumplían esa función.

Esto permitió, a partir de la construcción de determinadas ficciones, un orden que se sitúa en la lógica del un padre. Entonces —sostiene Lacan— “a partir de este existe uno, en referencia a esta excepción, todos los otros pueden funcionar” (Lacan, 2012: 36).

Este modo lógico de funcionamiento, que Lacan comienza a elaborar en su más temprana enseñanza, va adquirir consistencia en el año 1972, cuando elabora las tablas de la sexuación. De un lado, el lado hombre y del otro, el lado mujer.

La lógica que se sitúa del lado del hombre —que es la que sostenemos ha ordenado la civilización en los últimos siglos y su ineficacia actual es des-velada extraordinariamente por la película Habemus Papam— también es nombrada como la lógica del todo a partir de la teoría de los conjuntos. Ésta, explica en su campo de aplicación, que la excepción permite definir un conjunto cerrado, donde se delimita claramente determinado grupo, acabado, completo. (Miller, 2009). Ese modo lógico que responde a la estructura de la sexuación masculina remite al axioma Habemus Papam. Incluso Lacan (2004), la va a denominar como la lógica clásica: la existencia del uno que es la excepción.

3- …o

El título del Seminario 19 de Jacques Lacan (2012) comienza, al igual que este apartado, con tres puntos suspensivos. Allí, Lacan indica que su título subraya la importancia de ese lugar vacío. Estos puntos suspensivos persiguen el mismo fin.

Retomando la escena final de la película e improvisando una metáfora de la misma, el balcón vacío, fue ocupado por diferentes ficciones que hicieron de Nombre-del-Padre; teniendo como efecto, grupos o conjuntos claramente delimitados. Modos que proponían ideales —cualquiera sean éstos— claros a seguir, identificación mediante, y modos consecuentes de actuar.

Una característica principal de la época actual, es la falta de ideales, de relatos, de instituciones, la declinación de los Nombres-del-Padre, ya que éstos, como plantea Eric Laurent (2011) han revelado su carácter de ficción, razón por la cual ya no se les cree y los mismos dejan de tener los efectos de antaño. Es esa la principal lectura que propongo del film. No es una crítica a la iglesia católica, ni mucho menos. La película va más allá. Se sirve del modo de funcionamiento de la iglesia en tanto institución paradigmática del siglo XVIII y del XIX, para hacer legible ese rasgo característico de la época, que Jacques-Alain Miller (2006) designa como la inexistencia del Otro.

Podemos tomar una escena paradigmática de la película, que da cuenta de ésta descreencia: cuando se está realizando el cónclave y muestra a los cardenales de diferentes puntos del mundo rezando; pero una voz en off, la voz del pensamiento de cada uno, relata que el pedido de la oración es no ser elegido como nuevo Sumo Pontífice.

Entonces el reino del Nombre del Padre, como lo nombra Miller (2006), parece haber finalizado. Esto, por supuesto —como también lo muestra la película— genera desconcierto y diferentes posiciones al respecto. Lo cierto es que el modo de funcionar en la civilización contemporánea ya no es el mismo; y siguiendo una lectura atenta de la estructura de las tablas de la sexuación propuesta por Lacan, hoy podemos suponer a modo de hipótesis, que la lógica discursiva que logra apaciguar este desconcierto generalizado, se ubica del lado de la lógica del No-todo, del lado de la lógica femenina.

En nuestra civilización, el reino del padre, basado en el universal, parece haber cedido su lugar a la lógica de lo fragmentario, de lo particular, del no-todo. Ello es lo que implica una feminización lógica en los modos discursivos, que ordenan la civilización actual.

“Cambia, todo cambia…” son los versos que acompañan a la canción de fondo en la magnífica escena final que muestra toda la potencia del vacío.

4-La Feminización del mundo

“El vacío mira hacia la plenitud” (Cheng, F. 2010:82)

La escena final de la película, comentada párrafos antes, deja en claro que la forma tradicional de la autoridad, o la lógica clásica ligada al modo de funcionamiento lógico-masculino, ha entrado en crisis. La cosa ya no funciona.

Hasta allí llega la película, la ficción. Pero contamos con la realidad: hay 17 mujeres que ocupan el lugar de jefas de Estado actualmente en el mundo: Argentina, Brasil; pero también Trinidad y Tobago o Costa Rica. En el viejo continente encontramos a Jefas de estado en Lituania, Irlanda, Australia, Eslovaquia, Alemania y hasta en el continente africano hallamos a una mujer encargada de llevar las riendas del poder.

Vemos cómo desde la segunda mitad del siglo XX, el contexto político en el mundo occidental, viene experimentando lo que Eric Laurent Junto con Miller (Miller y Laurent, 2006: 109), denominan "la feminización del mundo". Aquella hipótesis vertida por Laurent de que posiblemente las damas son quienes están más cómodas con el estado actual del Otro que no existe, hoy se puede palpar fácilmente.

Ahora bien, si en contraposición a la lógica masculina del todo, proponemos una lectura de la civilización actual que se ordena a partir de la lógica femenina del no-todo, podemos entender estas damas al poder como un efecto de la feminización lógico-discursiva del mundo. Donde más bien los conjuntos permanecen abiertos, sin los padres excepcionales del siglo pasado.

Quizás, si Habemus Papam fuera una saga, podríamos avizorar que la segunda entrega comenzará con un rostro femenino en el balcón.

5-Coda: Una ética singular.

Para finalizar, podríamos pensar un modo ético para la práctica analítica, que esté a la altura de la civilización actual; en tanto a cada sistema, estructura, interpretación o práctica, necesariamente le subyace una ética.

Jacques Lacan (2005), pudo esclarecer la ética del psicoanálisis en el año 1959, a partir de introducir un punto en la dimensión de la ética, hasta ese momento inédito: el deseo. Esa fue la ética que permitió orientar la práctica del psicoanálisis en los tiempos donde el reino del Nombre-del-Padre aún tenía efectos. Es decir, donde la lógica masculina aún lograba ordenar la civilización.

Entonces, a la ética del deseo, podemos situarla como correlativa a la época del Nombre-del-Padre, del Habemus Papam. Ello, es lo que permitió, como dice Lacan a “…responder, en nuestra experiencia, a lo que les enseñe a articular como una demanda…” (Lacan, 2005:10).

Ahora bien, el deseo se puede pensar en el plano de lo particular, en tanto éste, todavía tenía los resabios del Otro, una ligazón simbólica con Un-Padre, que proponía un orden haciendo serie a partir del Otro. Esta modalidad ética carecería de eficacia, si tomamos como cierta la hipótesis vertida en el presente ensayo: la feminización del mundo.

¿Que ética, entonces? Se propone una ética de lo singular en contraposición a la del deseo, en tanto a éste lo ubicamos como un particular, en la serie ordenada a partir de un Otro. Ética singular o ética femenina, como una ética que permite a la práctica del psicoanálisis operar en la época que nos convoca.

Ética que tiene efectos directos en la práctica clínica. Si la ética particular permitía responder en la praxis a partir de una orientación por el deseo, la ética de lo singular tendrá como correlato al sinthome.

Referencias

Cheng, F. (2010) Vacío y plenitud. Ed. Siruela. Madrid, España.

Freud, S. (1924) Obras Completas. Tomo XIX, El yo y ello y Otras obras. Amorrortu Ediciones. Buenos Aires, Argentina.

Freud, S. (1913) Obras Completas. Tomo XIII, Tótem y Tabú y Otras Obras. Amorrortu Ediciones. Buenos Aires, Argentina.

Lacan, J. (2004 [1972/73]) El seminario, Libro 20. Aún. Paidós. Argentina.

Lacan, J. (2005 [1959/60]) El seminario, Libro 7. La ética del psicoanálisis. Paidós. Argentina.

Lacan, J. (2012 [1971/72]) El seminario, Libro 19. …O peor. Paidós. Argentina.

Laurent, E. (1999) Posiciones Femeninas del Ser. Tres Haches. Buenos Aires. Argentina.
Laurent, E. (2011) Além da felicidade, a época do “mais! Inédita.

Miller, J.A. (2009a) Conferencias Porteñas, Tomo II. Paidós. Argentina.

Miller, J. A. (2009b) Conferencias Porteñas, Tomo II. Paidós. Argentina.

Miller, J. A. (2006) El Otro que no existe y sus comités de ética. Paidós. Argentina.



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