En el mes de junio de 2020, el Journal Ética y Cine se contactaba con el director y actor de cine argentino Edgardo Castro [1]. En el contexto de la pandemia, el Museo Malba invitaba al público a través de sus redes a ver sus películas. El film Familia (2019), una película filmada en el interior de su casa paterna, fue el anzuelo que llevó a los miembros del equipo, una tarde de feriado, a producir un encuentro con el director vía Zoom que cruzó las fronteras entre Córdoba, Villa Carlos Paz y Buenos Aires. Una vez encendidas las cámaras y micrófonos, su viva voz nos sumergió en la intimidad de su hogar, invitándonos a pasar y "ponernos cómodos". Un hombre canoso que nos pidió no lo tratáramos de usted. Desarrollamos a continuación las resonancias de aquel encuentro a puro deseo y cine con La noche (2016), Familia (2019) y Las ranas (2020), una trilogía que tiene a la soledad como protagonista. Edgardo Castro: Cuando comencé con la idea de llevar adelante La Noche, no se me presentó la trilogía de antemano. Sino que después de realizar La noche e investigar para Familia y Las ranas surgió la idea de trabajar sobre esta lista de la soledad. Eugenia Castro: En La noche aparece cierta referencia a la soledad aun cuando se transita en el encuentro con otros. Hay algo que se trae desde lo íntimo del sujeto y le es propio, se presenta y produce un efecto de resonancia que toca el conjunto de los sentidos. Edagardo Castro: Fue una película que llevó cuatro años y medio, entre montaje y producción. Investigaba con un amigo que leíamos crónicas sobre la noche de Buenos Aires y comenzamos a reflexionar sobre la soledad. Algo que va más allá de estar con alguien. Lo que me importaba era no tener una mirada moral frente a este tema. Despojarme de los prejuicios. Empecé a indagar en relación a vivencias mías, pero no se trata de una película autobiográfica. Sino que me interesa crear ficción a partir de la realidad. Cosas que conozco, cómo mi cuerpo se atraviesa con eso y desde ahí surgió esta idea de la soledad. Cómo nos relacionamos los seres humanos desde nuestra propia soledad. Juan Brodsky: ¿De qué soledad se trata en La noche? Edgardo Castro: Habla de una soledad que va mucho más allá del encuentro carnal o no con otros. Algo muy instalado en el cuerpo, en el alma, que traemos desde muy chicos. Ni siquiera el sexo, las drogas, pueden tapar ese agujero, ese vacío que tiene que ver con la soledad. En esta película me interesaba poner el foco en esta soledad más bestial. Un más allá de estar solo o en pareja. Ir a zonas mucho más oscuras que forman parte del ser humano. Juan Brodsky: La película La noche tuvo una gran repercusión. En una de las entrevistas previas al estreno decías que lo que se buscaba era poder atravesar ese primer impacto, esa incomodidad en relación al sexo y las drogas para poder ver un poco más allá. ¿Qué creés que es lo que incomoda en La Noche? Edgardo Castro: Me parece que hay muchas miradas, muy particulares. Mirar a La noche desde un lugar atravesado por la moral o prejuicio, no deja ingresar a la zona en que verdaderamente está pensada esta película para mí. Lo fuerte es la soledad que atraviesan estos personajes, interrogarme sobre cómo se pueden configurar en ese universo. En estos personajes atravesados por el no deseo. ¿Cómo hacer surgir algo de este orden? La idea de esta película tiene que ver con investigar un cine que atraviesa el cuerpo, no las ideas solamente. Es una película para llevársela en él. Me parece que los procesos creativos son muy valiosos cuando generan preguntas al otro, interrogantes. Gigliola Foco: Dejar entonces un espacio para que el espectador investigue. Por eso se trata de un film que atraviesa a los espectadores, porque hay una apuesta para que el otro lea qué es lo que le pasa en el cuerpo. Edgardo Castro: A mí me parece que los procesos creativos son muy valiosos cuando completan al otro, cuando al otro le generan interrogantes. Me parece poco responsable darle todo al espectador. Sería pensar que no es un ser inteligente emocionalmente. Te puede gustar o no la película. Son cosas muy personales. No me enoja si hay alguna película que a otro no le gusta y dice: “Che, a mi no me gustó”, y yo digo: “pero, ¿te pasó algo?” Eugenia Castro: Eso que decís me recordaba al psicoanalista Jacques Lacan refiere al deseo como causa, motor. De lo que es responsable el sujeto, es del deseo. Encontraba algo de lo que se despliega en la película La Noche que tiene que ver con trascender el común de los sentidos, ir más allá. Un modo singular de vivir, de transitar los espacios por parte del protagonista. Edgardo Castro: Sí. Por eso fue la idea de ponerle el cuerpo al protagonista de esa película, con todas esas escenas de sexo, mucha gente y donde el género no importa. Un personaje casi enloquecido por buscar eso: dónde está su deseo. Hay que ser muy valiente en este mundo para estar conectado con eso. Hay que renovar el deseo todo el tiempo, sino se muere. Encuentro ahí un espacio donde morder fuertemente para constituirse. Es lo que me interesa en este mundo. Eugenia Castro: Hay un efecto de La noche que me pareció interesante. Ezequiel Boetti decía que más que pensarla en términos de buena o mala, es importante. Es algo que efectivamente toca los cuerpos desde lo íntimo. El despliegue de las relaciones y un cuerpo que va más allá de lo anatómico. Edgardo Castro: La noche para mí es un acto de amor. Esa película que está muy atravesada por la pulsión de la muerte pero a medida que avanza, y en ese final, hay una esperanza que tiene que ver con el amor. Y no con el amor como nosotros conocemos, tal cual lo vende Hollywood. El amor existe en sus infinitas maneras y formas. Investigar sobre eso me parece fuerte, darme esa posibilidad de creer en el amor. Juan Brodsky: En la película Familia, hay un abordaje distinto de la soledad, aún estando en relación con otros. En una entrevista, referiste a que la misma fue más difícil de abordar que La noche. Edgardo Castro: En Familia se trata de cómo nos constituimos en relación a nuestros vínculos más cercanos. Cómo esos cuerpos toleran la soledad, que es algo que pertenece a uno y que tiene que ver mucho más con la intimidad de ese cuerpo. Esta película implicó filmar una realidad que no me es tan cotidiana, debido a que mi familia está en Comodoro Rivadavia y yo en Buenos Aires. Familia fue un desafío, hacerla con mis vínculos reales. Yo podría haber elegido crear una familia en la ficción. Y dije: “la voy a crear en la ficción, pero sobre el cuerpo de ellos porque creo que voy a tener un terreno bastante ganado para poder investigar estos temas”. Gigliola Foco: ¿Qué implicó ese proceso? Edgardo Castro: De repente me encontraba diciéndoles: “no te preocupes estoy actuando”. Estoy ingresando a una zona que tiene que ver conmigo fuertemente y tengo la habilidad de poder tocar y salir. Imagínate: te ve tu mama así y te dice “¿estás bien?” Le explicaba que era necesario que, como actor, director y protagonista de la película, entre en esta zona para poder darles el espacio e ingresar a esta ficción las cosas reales que son de nuestra familia también. Para nada se trata de la biografía de la familia. Lo que me interesaba interrogarme es acerca de cómo nos constituimos aún estando con nuestros seres más cercanos. Eugenia Castro: Hay un modo de hacer cine con lo cotidiano que nos resulta llamativo, así se trate de La noche, Familia o Las ranas. Edgardo Castro: Creo que esto tiene que ver con algo en relación con mi formación actoral. Una decisión muy fuerte de partir desde ciertos elementos que conozco para crear ficción y, con respecto a lo que no, ir a investigar de una manera intelectual y dejándome atravesar el cuerpo. Es por esto que las películas me toman un tiempo. Deseo en tiempos de pandemia Edgardo Castro: Cuando me largo a filmar me encuentro pensando que estoy loco, cómo se me ocurre filmar dentro de una cárcel si no cuento con los permisos, no tengo contactos. Ahí es donde me encuentro de frente diciendo sí, es con el deseo. Si el deseo está muy instalado en tu cuerpo, aparece. Es una fuerza poderosa. Me pregunto cómo hacen los seres humanos si el deseo está desdibujado. ¿Cómo llevar adelante la vida de cada uno? Juan Brodsky: Observábamos que en esta cuarentena continuaste trabajando con tus alumnos de manera online. Una de las consignas que planteabas, con tu grupo de trabajo era filmarse llevando a cabo actividades de lo cotidiano donde pudiera verse algo del deseo o de cierta cosa viva. Edgardo Castro: Como docente es lo que más me comanda. Cuando estoy formando alguien estoy manipulando un cuerpo, elementos que son de otros. Lo hago con mucho cuidado y respeto, guiándolo. Siempre hablamos con los alumnos sobre el deseo, a dónde está. Me parece que eso constituye a los seres humanos. Un deseo que se renueve. La responsabilidad que tenemos es de mantenernos vivos desde nuestras elecciones, nuestras miradas. Gigliola Foco: El psicoanalista Miquel Bassols, en una entrevista realizada durante la pandemia, propone frente al distanciamiento social el acercamiento subjetivo. La presentación de la película Las ranas iba a realizarse en el Festival Visions du Réel 2020 pero, a partir de la situación pandémica, se decidió hacerlo de manera online. ¿Qué implicó esta apuesta de hacer esa proyección de manera digital? Edgardo Castro: Fue toda una experiencia. Puso en juego muchas cosas ya que tuve que terminar la película en mi casa con los dispositivos tecnológicos. Fue algo de locos porque soy uno de los que les gusta poner el cuerpo delante de la cámara. En los encuentros vibran otras cosas que tienen que ver con el deseo. Lo increíble en los Festivales es cómo esos cuerpos intercambian y cómo uno empieza a entender ciertas cosas del proceso que hizo, en esa película, en relación a los otros. Este fue el primer Festival del mundo que decidió llevar adelante una edición online con todas las dificultades que tenía. Algo muy desconocido. Juan Brodsky: ¿Podríamos pensar que el contexto actual de pandemia ha puesto a prueba el deseo? Edgardo Castro: Lo que más preocupa de la pandemia es cómo el miedo se instaló en nuestros cuerpos. Algo real que los seres humanos no experimentamos desde hace muchos años. Se trata de un momento muy particular donde el deseo se pone en juego. Observo un miedo en los cuerpos, a contagiarnos, a perder lo que tenemos. Desde el cine y desde los procesos creativos, apunto a estar muy atentos porque una vez que el miedo ingresa en el cuerpo puede tardar una vida en salir. Eugenia Castro: Mencionabas a la soledad en este contexto y los modos o arreglos que cada quien lleva a cabo en la vida cotidiana. ¿Cómo pensás esta dimensión en el contexto actual, con estas coyunturas? Edgardo Castro: Me parece interesante reflexionar sobre nuestra dinámica y cómo nos paramos en este mundo donde la incertidumbre es enorme. Los arreglos y las concesiones de antes ya no funcionan. Es un momento donde hay que reinventarse. Las reflexiones tienen que ser muy chiquitas, preguntas más que respuestas. El arte: un contacto íntimo con lo más vivo Eugenia Castro: ¿Cuál es el lugar del artista en este contexto de pandemia? Edgardo Castro: Todavía no tengo muy claro cuál es el lugar en este contexto para los artistas. El mundo que viene ya no es el mundo en el que estábamos. Entonces ¿cómo vamos a tener que configurar los procesos artísticos? Es algo que estoy investigando, todavía no tengo muy claro cuál es mi posición frente a esto. Pareciera que los procesos creativos ahora no tienen ningún tipo de importancia. Para mí es la sangre que me pasa por las venas, aire que respiro, lo que me constituye como ser humano. Juan Brodsky: Podemos jugar con la frase que Enrique Pinti decía y pensar: “pasan los gobiernos, pasan las pandemias, quedan los artistas”… Edgardo Castro: Creo que los artistas van a quedar ¿pero configurados cómo? Esa es una responsabilidad de los que nos dedicamos al arte y a los procesos artísticos. Poder soltar cosas que antes nos servían fuertemente y que nos constituían pero ahora ya no. Gigliola Foco: En la clínica escuchamos muchos sujetos para quienes el contacto con el arte, ya sea la lectura, la música, la actuación, es lo que los sostiene. “La sangre en las venas”, tal como decías. En muchos casos, sobreponerse a esta situación de encierro, poder soportarla, ha sido justamente a partir del contacto con lo más íntimo en relación al arte. Edgardo Castro: Cuando decidí avanzar sobre esas plataformas, mandé un mensaje a cada uno de mis alumnos diciéndoles que ésta tenía que ser una posición casi combativa frente al contexto que nos toca vivir. Que no nos lleve por delante. Entiendo que va a ser difícil. Me encontré diciendo: “esta pandemia no le va a ganar al cine”. ¿Cómo? Vamos a investigarlo.
Fui el primero que dije: “yo no voy a dar clases online”. Pero el mundo se está constituyendo de una manera y tengo que poder ir más allá de mi parecer, ver cómo entro en este mundo nuevo.
NOTAS
[1] Nacido en Buenos Aires en 1970, Edgardo Castro es integrante fundador del grupo de danza y teatro Krapp. Sus actuaciones y películas han recibido numerosos premios, entre los cuales se encuentra el Premio Especial del Jurado BAFISI (2016), por su film La Noche (2016), que produjo, dirigió y protagonizó. Su carrera artística remite al cine, la televisión, el teatro, la danza y las artes visuales. Trabaja como docente en la formación de actores para la actuación cinematrográfica.