Reseña de libro
Espectadoras del cine
Spectatrices du cinéma. Aux origines d’un imaginaire
Mireille Berton mireille.berton@unil.ch

Prefacio [1]

Este libro es, ante todo, testimonio de una fascinación por el cine de los años 1910, los discursos que lo rodean, los lugares que lo acogen, las personas que lo frecuentan y, en particular, las mujeres. Desde que defendí mi tesis doctoral, múltiples circunstancias, me han conducido a estas espectadoras apasionadas, coquetas, irreverentes, alegres y locuaces.

La feliz conjunción entre la enseñanza, la investigación y el contacto con colegas permitió esbozar el proyecto inicial de Spectatrices du cinéma. En cuanto a la enseñanza, tuve el placer de dirigir dos excelentes trabajos de estudiantes en el marco de un curso sobre los orígenes del espectáculo cinematográfico: uno de Sebastiano Conforti, dedicado a la sala de cine como espacio de encuentros amorosos y sexuales en el siglo xx, y otro de Faye Corthésy sobre el beso en los orígenes del cine. Aparece entonces la figura de la espectadora, a veces seductora y a veces seducida, así como la imagen de todas esas parejas que encuentran refugio en la oscuridad de las salas de proyección.

Esta investigación también se ha visto impulsada por la publicación de antologías (Banda y Moure 2008; Kaes, Baer y Cowan 2016; Casetti, Alovisio y Mazzei 2017) y políticas de digitalización ambiciosas (Early Cinema History Online, Internet Archive, Media History Digital Library, Picturegoing, etc.), que ponen a disposición un rico material para explorar los imaginarios del cine. Los trabajos sobre las pioneras del cine (valorados especialmente por las redes Women Film Pioneers Project, Women and Film History International o Women and Silent British Cinema), así como la colaboración con amigos de la asociación internacional de investigación sobre el cine de los primeros tiempos, DOMITOR, me convencieron de la necesidad de dedicar una monografía a las espectadoras de los orígenes (y no un simple artículo extraído de una conferencia. [2]).

Por último, el intercambio con Nicholas Hiley, archivista, coleccionista, historiador de la Universidad de Cambridge y responsable de información del British Universities Film and Video Council, ha permitido enriquecer los documentos reunidos a lo largo de los años, gracias a su colección privada de postales de la década de 1910. [3].

Este libro se inscribe en la saga de una serie de estudios que han arrojado luz sobre aspectos significativos de la historia de las espectadoras, entre ellos los de Silvio Alovisio, Monica Dall’Asta, Andrea Haller, Miriam Hansen, Maggie Hennefeld, Kathy Peiss, Luca Mazzei, Lauren Rabinovitz, Janet Staiger y Shelley Stamp. Su preocupación por documentar la contribución de las mujeres a la historia del cine ha sido para mí una fuente de inspiración importante, al tiempo que ha servido de modelo para elaborar un enfoque sensible a los desafíos culturales e ideológicos que configuran dicha historia.

Lejos de ser exhaustivo, y ciertamente parcial, este libro espera a su vez estimular futuras investigaciones capaces de renovar nuestra concepción del público femenino y, más ampliamente, de la cultura popular. ¿Y por qué no un proyecto transnacional que capte, con un enfoque comparativo, las especificidades geográficas y culturales de las audiencias femeninas? Pensemos en el hermoso proyecto dirigido por Véronique Lochert sobre los teatros europeos del siglo XIV al XVIII, Spectratrix. Este proyecto reunió diversos materiales para explorar la forma en que las mujeres definen la naturaleza y los efectos de los espectáculos teatrales. «En una época en la que los espectadores, y sobre todo las espectadoras, dejan pocos rastros escritos de sus experiencias», escribe Véronique Lochert, «la información sobre la asistencia del público femenino a los teatros debe buscarse en una gran variedad de textos, donde se encuentra dispersa».

Lo mismo ocurre, al parecer, con las espectadoras de cine, cuyo comportamiento se capta principalmente a través de discursos dispersos y heterogéneos, regularmente sesgados por prejuicios de género. Estoy convencida de que desenterrar, contextualizar e interpretar estos discursos forma parte de un proyecto más amplio de visibilización de las mujeres en el ámbito de las prácticas artísticas, en contraposición a todos esos gestos que han contribuido precisamente a borrar los indicios de su paso. Así, Spectatrices du cinéma no solo pretende contribuir a la historia de los primeros públicos femeninos reales y fantaseados, sino también rendirles homenaje más de un siglo después de sus travesuras y peripecias.



NOTAS

[1A modo de presentación de la obra de Mireille Berton se reproduce, con autorización de su autora, el Preface original.

[2«Keep it Dark». The Fatale Attraction of the Female Viewer’s Body», en Marina Dahlquist, Doron Galili, Jan Olsson y Valentine Robert (dir.), Corporeality in Early Cinema. Viscera, Skin, and Physical Form, Bloomington, Indiana University Press, 2018, p. 221-230.

[3Damos las gracias a Nicholas Hiley por su generosidad y entusiasmo al compartir sus hallazgos.