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Simposio Congreso Ciencia y Profesión 2023
Psicoanálisis, ética y cine
Eugenia Destefanis eugeniadestefanis@gmail.com

Gigliola Foco focogigliola@gmail.com

Juan Brodsky juan.brodsky@gmail.com

Juan Pablo Duarte juanpduarte2@hotmail.com

Paula Mastandrea mastandreapaula@gmail.com

Introducción

por Juan Pablo Duarte, Coordinador del Simposio. Subsecretaría de Cultura, Universidad Nacional de Córdoba

Desde el año 2012, un equipo de docentes y egresados de las facultades de psicología de la Universidad Nacional de Córdoba y la Universidad de Buenos Aires coeditan la Revista Académica Cuatrimestral Journal Ética & Cine. El presente simposio tiene por objetivo transmitir algunas de las líneas que orientan este trabajo sostenido a lo largo de más de una década que toma al cine y las series como territorio de investigación en torno los interrogantes éticos que plantea la subjetividad contemporánea. Las intervenciones abordan temas que van desde la relación de esta publicación científica al campo de la extensión universitaria, la potencialidad del lenguaje serial para el estudio del contexto del lazo social contemporáneo, el partenerato que constituyen el cine y psicoanálisis, hasta lo ominoso infantil, tema del próximo número del Journal. El objetivo de la presentación consiste en comunicar diferentes aspectos de una experiencia de trabajo en curso.

Ética y cine:
Una experiencia de extensión

por Juan Ernesto Brodsky , Facultad de Psicología, Universidad Católica de las Misiones.

“¿Cómo hacer para enseñar aquello que no se enseña? En esto precisamente Freud se abrió camino” (Lacan, J., 1978, p.7).

Pensar el concepto de extensión desde el psicoanálisis, implica tener en cuenta el planteo del psicoanalista francés Jacques Lacan (1953) en su escrito Función y campo de la palabra y del lenguaje, quien sostiene que esta disciplina solo podrá sobrevivir “manteniéndose en el nivel de una experiencia integral” (p.232). Esto señala la relevancia que tiene, para el psicoanálisis, en su desarrollo teórico y clínico, el intercambio con otros discursos de la ciencia y la cultura.

Las preguntas que se propone abordar este escrito son ¿De qué modo se inscribe la Revista cuatrimestral Journal Ética y Cine en las prácticas de extensión universitaria? ¿Cuál es la importancia de la revista Ética & Cine en el marco de la extensión universitaria?

Eric Laurent (2000), discípulo de Lacan y destacado estudioso de su obra, en su artículo El analista ciudadano, sostiene que el mismo debe poder salir del encierro en su reserva, para posicionarse como participativo, “sensible a las formas de segregación, (...) capaz de entender cuál es su función y cuál le corresponde ahora” (p.115).

Por su parte, Christiane Alberti (2023), Psicoanalista y actual presidenta de la AMP en su artículo La soledad de la diferencia refiriéndose al encuentro del psicoanálisis con otros discursos dice:

Eso implica conversar con otros discursos sin renunciar a la singularidad del discurso analítico y, a la vez, sin pretender enseñarles nada. Como orientaba Judith Miller a las Bibliotecas del Campo Freudiano, se trata de conversar con disciplinas afines a partir de problemas comunes y de formas de arreglo singulares. (s/p)

Entonces ¿cómo hacer del encuentro del psicoanálisis con otros discursos un acontecimiento que preserve la extimidad del psicoanálisis con relación al Otro social al hacer valer su singularidad?

Journal Ética & Cine, una Revista Académica Cuatrimestral que se inscribe dentro del Programa de extensión Psicoanálisis, Narrativas y Discurso Audiovisual, su objetivo es generar espacios de trasmisión e intercambio con la comunidad que contribuyan a la comprensión de la subjetividad contemporánea a través de diferentes narrativas y discursos audiovisuales.

Esta revista publicada en los meses de marzo, julio y noviembre de cada año es editada de manera conjunta entre miembros de la Universidad Nacional de Córdoba y de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Los artículos que forman parte de cada número remiten a la publicación de trabajos originales de investigación o de ensayo científico, presentados en español e inglés, relacionados con la Ética Aplicada, el Psicoanálisis, Bioética, la Biopolítica y otras temáticas afines, siempre en relación al lenguaje cinematográfico.

Lo que hace a la particularidad del Journal Ética y Cine, es su estilo ensayístico que resulta un aspecto central del proyecto. En su gran mayoría, los artículos no intentan exponer un conocimiento acabado. Se trata más bien, como sostuvo Adorno (1962), de trabajos producidos por escritores que leen y lectores que escriben. En un texto dedicado al ensayo, Larrosa (2003) se refería al ensayista como alguien que ensaya su escritura cada vez que escribe y su modalidad de lectura cada vez que lee. Quizá el rasgo diferencial del Journal radique en que se le da al cine y a la televisión el mismo lugar que a los libros en la producción de esta experiencia.

Así, la apuesta cada vez de la revista es hacer pasar nuestro discurso al Otro social. Con su inserción en la Universidad se apunta en ofrecer un espacio para publicar a estudiantes y egresados interesados en la divulgación de la Ética y el Psicoanálisis en la Universidad.

Cine y Psicoanálisis
por Eugenia Destéfanis, Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Córdoba.

De los ejes que conversamos con el equipo del Journal Ética y Cine para trabajar hoy aquí, me interesó abordar la relación, la articulación, entre Cine y Psicoanálisis bajo los interrogantes: ¿Por qué cine y psicoanálisis? ¿Qué le enseña el cine al psicoanálisis? ¿Qué relación posible?

En la Facultad de Psicología de la UNC, desde 2004 tenemos el Ciclo de Cine y Psicoanálisis que cuenta con más de 14 ediciones además de actividades satelitales y tres libros. Se trata de una apuesta constante del Psicoanálisis por dejarse enseñar e interpelar por el cine. El ciclo conforma hoy el Programa de Extensión de la Maestría en Teoría Psicoanalítica Lacaniana de la UNC que cuenta con plataformas que se extienden a las series, la literatura, los feminismos, la arquitectura y el urbanismo.

Muchos de los números del Journal Ética & Cine van en consonancia con las ediciones del Ciclo de Cine y Psicoanálisis de la UNC. En los escritos con los que contamos en el Journal, hay un consentir a poner la mirada analítica en acto para intentar capturar, apresar, una escena, un momento, un divino detalle que conmueva y permita extraer un saber sobre las subjetividades, sus síntomas, sus goces, la época. El cine es un modo de tratar lo real y cada escrito es un intento, un esfuerzo por apresar algo de ese real en juego y dejarse enseñar por lo más singular de cada película.

Como ya sabemos, cine y psicoanálisis comparten su surgimiento, a fines del siglo XIX, como respuesta al malestar de la época. Acontecimientos claves para la cultura de occidente. En 1895, mientras Freud publicaba Estudios sobre la histeria, los hermanos Lumiére en el Gran Café del boulevard Des Capucines en París llevaban adelante la primera proyección pública del cinematógrafo: “todo empezó con la llegada de un tren a una estación. La primera película de los hermanos Lúmiere imponía, naturalmente, otra magia: la reproducción extraordinaria de un evento ordinario”, afirma Roger Koza.

Desde entonces, el Cine y el Psicoanálisis sostienen una relación muy valiosa de manera reciproca, formando un nudo cada vez más fuerte. Pero no solo comparten su nacimiento, sino que tienen en común interpretar la época y sus subjetividades.

Para adentrarme un poco más en este punto, tomaré la Introducción del libro Cine y Psicoanálisis. Un partenerato posible, escrita por Mariana Gómez (2015). La cito:

Cine y Psicoanálisis, entonces, ambos productos del malestar en la cultura, se encuentran en este punto, el de la interpretación. Con encuentros y desencuentros. Como una pareja en el amor. Enlazados como se enlazan las parejas. Y donde siempre hay un fracaso: lo imposible de decir.

Con el Psicoanálisis decimos que allí donde no hay palabras, hay síntomas: hay partenaire- síntoma. (p.11)

Plantea entonces que Cine y Psicoanálisis “constituyen un partenerato sintomático” (p.11). Hablar de partenaire síntoma para el psicoanálisis, es referirse a una pareja que se forma a nivel de la pulsión, en un enlace siempre sintomático. Ante el malentendido, algo falla, y no cesa de no escribirse, es decir, hay un imposible. Pero con la contingencia, si es que esta sucede, puede haber un encuentro, y allí algo de ese no cesa de no escribirse se suspende, se detiene y algo puede ser escrito.

En la unión en el amor vía el partenaire síntoma hay algo del otro que no le es ajeno al sujeto, algo del síntoma de uno está en consonancia con el del otro. Pero como toda pareja, con esto sólo no alcanza, hay que hacerla funcionar, buscar las invenciones que den lugar a la contingencia y al encuentro para que algo se pueda escribir cada vez. Aquí estamos, 10 años después de este escrito que les traigo, apostando una vez más a este partenerato, a que algo del encuentro y del amor entre el Cine y el Psicoanálisis siga aconteciendo.

Series y Subjetividad
por Paula Mastandrea, Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires.

Si bien, como comentaba Juan, la Revista recibe y publica artículos que analizan películas y series, en este simposio queríamos compartir algunas ideas en torno a las series contemporáneas, que han cobrado gran relevancia en el último tiempo.

En el año 2012 se publicó el primer número de la revista dedicado exclusivamente a “Series Televisivas”, término que problematizaremos en breve. En la editorial de este número, Mariana Gómez y Juan Jorge Michel Fariña se preguntaban: “¿cuál es el género artístico de mayor alcance mundial?” (p. 9). La respuesta, con base en los dichos del especialista en multimedios argentino-israelí Yair Dori, fue: “las novelas y series televisivas, que tienen una audiencia diaria de dos mil millones de personas” (p. 9). En ese entonces, las series televisivas comenzaban a presentarse como un relevo del cine para el público masivo, tanto por su accesibilidad, como por un aumento en la oferta de producciones de distintos géneros narrativos y de una calidad notable.

Sin embargo, actualmente cabe el interrogante respecto a si es justo continuar asociando las series al formato televisivo, especialmente desde la aparición y el auge de las plataformas de creación y distribución de contenido -entre las cuales se destacan Netflix, HBO, Hulu y Amazon. Éstas han instalado un modelo radicalmente diferente a la televisión tradicional, que se financia a través de los anunciantes, a partir de un sistema de visionado que se caracteriza por la ubicuidad y autonomía del suscriptor, ya que el usuario elige qué quiere ver, cuándo, dónde y cómo. No sólo se ha transformado el consumo, sino también los modos de producción de las series, que logran sumar gran sumar lo mejor del cine, la televisión e internet en un producto audiovisual de gran factura (Heredia Ruiz, 2016).

Tal es así que Gerard Wajcman (2019) nos propone el estatuto de la “forma serie”, entendiendo que esta funda una gramática nueva que rompe con los modos del relato propios del cine, la novela o el cuadro. La “forma-serie” instituye un “relato del mundo” que da cuenta del colapso de la época, lo cual introduce una dimensión crucial para el pensamiento ético contemporáneo (Gómez y Michel Fariña, 2012).

Wajcman (2019) afirma que “la serie no es solo un ojo abierto al mundo, sino una máquina de abrir los ojos” (p. 32). La forma-serie es profundamente actual, en tanto algo parece vincular íntimamente la serie con la época actual y, en sentido inverso, a la época actual con la serie. En este sentido, estas narrativas no se limitan a hablar del mundo, sino que la forma-serie podría ser en sí misma el lenguaje del mundo occidental tal y como va, es decir, revelando un estado de crisis permanente, sin momento de reposo. Esta crisis se explica por la imposibilidad actual de los relatos y discursos de ordenar el mundo. La hipótesis principal del autor es que la crisis es serial, y la serie es su forma. Wajcman señala que mientras que el cine construye mitos en torno a la idea de nación, la forma-serie, descontracturada, tiene una inclinación al desquicio simbólico, social, psicológico, político, desublimador y desmitificante.

De acuerdo con García Fanlo (2017) en el pasado las series guardaron el estilo de las historias de Hollywood, con sus juicios, su puesta en escena, su melodrama estandarizado y sus biotipos bien definidos, edades, géneros, raza, color o religión. Es decir, presentaban una realidad maquillada y edulcorada para transmitir determinado modo de vida. Sin embargo, lo que hoy ocurre, especialmente en las producciones de las plataformas de streaming, es una construcción etnográfica y sociológica de la realidad, a través del asesoramiento de investigadores, académicos e incluso líderes de movimientos políticos y/o sociales. Las series contemporáneas se definen por la extrapolación, a las estructuras narrativas, de los discursos políticos, ideológicos y sociales dominantes que construyen nuestra visión y modo de existencia en el mundo actual.

Que una obra lleve marcas de su tiempo es una idea aceptada, por lo que el rasgo distintivo de la serie consiste en su posibilidad de traducir una época y, a la vez, tener el poder de darle forma, en el sentido de hacerla visible o legible para sí misma, descifrable (Wajcman, 2019).

Esto ha motivado que estas producciones desborden las pantallas para permear distintos ámbitos de pensamiento, lo que se ve reflejado en el surgimiento de publicaciones importantes, la organización de congresos en las mejores universidades, y el número en aumento de tesis de pregrado y posgrado al respecto.

En la Facultad de Psicología de la UBA dictamos una Práctica de Investigación sobre Cine y Subjetividad, que forma parte de la currícula electiva de la carrera. Allí proponemos el estudio de distintas problemáticas de la Psicología a través del cine y las series, y es llamativo notar cómo las series se han instalado con gran presencia entre los estudiantes.

Además, en un proyecto articulado entre distintas Facultades de la UBA se llevó a cabo una propuesta de enseñanza de cuestiones controvertidas de la ciencia y la tecnología a partir de la popular serie Black Mirror, creada en el año 2011 por Charlie Brooker y que este año ha tenido su última temporada. Como resultado, se publicó el libro “Lo negro, lo blanco, lo neutro” Black Mirror: Ética y Política de las distopías.

Como antecedente local, en el año 2019 tuvo lugar la I° Edición de “Síntomas Sociales en las Series de TV del Siglo XXI”, un Curso Masivo Online (MOOC) perteneciente al Programa de Extensión “Psicoanálisis y Discurso Contemporáneo”, llevado adelante por la Maestría en Teoría Psicoanalítica Lacaniana de la Universidad Nacional de Córdoba (Tomasetti, 2019). La propuesta surgió de la amplia trayectoria del equipo en el trabajo con series desde una perspectiva psicoanalítica, y la posibilidad de generar transferencia a la comunidad.

Además de la publicación en el año 2021 del libro compilado por Juan Pablo Duarte Spoilers del presente: ver series para ser de nuestra época, que reúne artículos, entrevistas y conversaciones que surgen de una extensa red de investigadores que en la última década se dedicaron a hacer de las series un instrumento para hablar de nuestro presente.

Estos son solo algunos antecedentes del último tiempo. Desde el Journal invitamos a autores/as y lectores a adentrarse en estas “máquinas de abrir los ojos” que son las series para reflexionar en conjunto acerca de la subjetividad de época.

Lo ominoso infantil De muñecas de trapo y ojos de botón
por Gigliola Foco, Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Córdoba

“Con las imágenes se hace un juego puro de combinaciones, pero ¿qué efectos de vértigo no se obtienen acaso de ello? Con las combinaciones, uno levanta el mapa de toda suerte de dimensiones virtuales, pero son ellas las que dan acceso a la realidad a fin de cuentas la más asegurada, la de lo imposible vuelto de repente familiar”
(Lacan, 1966. Homenaje a Lewis Carroll).

Lo ominoso infantil es el nombre que llevará el nuevo número de la Revista Académica Cuatrimestral Journal Ética y Cine, coeditada por la UNC y la UBA, a publicarse en el mes de noviembre de este año. Cada uno de sus artículos resulta una invitación a ubicar el modo en que las fuentes cinematográficas, como el cine y las series de televisión, como así también la literatura producen y nos permiten trabajar el concepto de lo unhemlich, acuñado por Sigmund Freud en su escrito “Lo siniestro” (1919).

Este concepto remite a “lo íntimo-hogareño que ha sido reprimido y ha retornado de la represión”. Aquello familiar de un sujeto, que debería haber quedado oculto, se manifiesta, sale a la luz. Se trata entonces de una “suerte de espanto que afecta a las cosas conocidas y familiares”, con su efecto angustiante.

Freud menciona que lo siniestro en la ficción, en la fantasía, en la obra literaria, y podríamos agregar en el cine y las series de televisión, merece en efecto un examen separado. “Ante todo, sus manifestaciones son mucho más multiformes que las de lo siniestro vivencial, pues lo abarca totalmente, amén de otros elementos que no se dan en las condiciones del vivenciar”.

De esta forma, nos recuerda a Ernest Hoffman, un poeta que ha logrado provocar los efectos siniestros a través de su cuento “El Hombre de la Arena”, aquel hombre malo que viene a ver a los niños que no quieren dormir, les arroja puñados de arena en los ojos haciéndolos saltar ensangrentados, luego se los guarda en una bolsa y se los lleva como pasto para sus hijitos.

Esta narración incluye entre sus líneas un detalle que Freud no dejará pasar, la aparición de una figura femenina en una ventana que no le permite al lector determinar con rapidez si se trata de una persona o un autómata.

En su Seminario X, Jacques Lacan (1962-1963) invita a pensar la experiencia de lo ominoso a partir de las ficciones:

no en vano Freud insiste en la dimensión esencial que da el campo de la ficción a nuestra experiencia de lo unheimlich. En la realidad, ésta es demasiado fugitiva. La ficción la demuestra mucho mejor, la produce incluso como efecto de una forma más estable porque está mejor articulada. Es una especie de punto ideal, pero cuan precioso para nosotros, ya que nos permite ver la función del fantasma. (p.59)

Así, Lacan retomará el análisis lingüístico que hace Freud sobre el término unhemlich para ubicar en su definición el punto de Heimlich, es decir, de íntimo, familiar, “la casa del hombre”. Lo Unheim, espantoso, horroroso, se encuentra entonces en el punto del Heim, que Lacan remite a la castración y al menos phi.

Dirá: “lo horrible, lo oscuro, lo inquietante, todo aquello con lo que traducimos, como podemos, en francés, el magistral unheimlich del alemán, se presenta a través de ventanillas. Es enmarcado como se sitúa el campo de la angustia. (…) Hay angustia, cuando surge en este marco lo que ya estaba ahí, mucho más cerca, en la casa, Heim (Lacan, p 86-87).

El punto de Heim remite entonces a que el deseo entra en el antro donde es esperado desde toda la eternidad bajo la forma del objeto que se es, en tanto que él exilia de la propia subjetividad.

Es así que, para poder pensar la extrañeza radical que produce la imagen femenina que el protagonista ve a través de la ventana en la ficción de Hoffman, Lacan introduce al ojo del héroe del cuento, ojo que le quieren arrebatar a lo largo de toda la trama.

Podemos pensar que Freud ubicaba este punto que Lacan recorta y conceptualiza con su objeto a, en este caso el objeto mirada en su esquizia con el ojo, diciendo: la experiencia psicoanalítica nos recuerda que herirse los ojos o perder la vista es un motivo de terrible angustia infantil. Este temor persiste en muchos adultos, a quienes ninguna mutilación espanta tanto como la de los ojos. ¿Acaso no se tiene la costumbre de decir que se cuida algo como un ojo de la cara? (s/p.)

En este punto, podemos introducir el factor infantil al cual Freud recurre para esclarecer la génesis del sentimiento ominoso. Así, ubica que, la soledad, el silencio, la oscuridad, ¿y las muñecas? tanto como el temor por la pérdida de los ojos, remiten a la angustia del complejo infantil de castración.

Aquí me detengo por un momento en una película animada que “lo ominoso infantil”, como título del número del Journal, me hizo pensar: “Coraline y la puerta secreta” (2009), dirigida por Henry Selick, que curiosamente es criticada como “horrorosa”, “una película que los niños no deberían ver”. ¿Por qué no? ¿Qué podemos ubicar como ominoso en esta película? Recorto un detalle.

Durante la trama, un Otro mundo se hace presente, a través de una puerta. La niña es guiada hacia él. Sin embargo, esa puerta la lleva nuevamente a la sala de su casa, y al entrar a la cocina encuentra a su madre, pero al girarse esta, descubre en el lugar de sus ojos, dos botones cosidos. Muñecas de trapo, sin ojos, arrebatados por Otra madre bruja.

Con Lacan, podemos pensar que las ficciones infantiles, los cuentos, los mitos, las películas y las series, permiten un tratamiento del lugar del Heim, como “lugar de la aparición de la angustia” (p.60).

Mariana Gómez, en su texto “Viene el Cuco ¡y a despertar!”, ubicará al Cuco y al Hombre de la Bolsa, como las versiones latinoamericanas del Hombre de la Arena de Hoffman, con la salvedad de que, en estos casos, lo que se pone en juego es el objeto oral a partir de la amenaza de ser comido. Mitos infantiles buscan tocar lo real que subyace en el sentimiento ominoso de ser estragado o devorado por el Otro.

Finalizaré esta intervención con un pasaje de Lacan en su Proposición del 9 de octubre donde ubica la importancia que han tenido para la obra de Freud, y para la suya, las referencias mencionadas:

El psicoanálisis tiene consistencia por los textos de Freud, este es un hecho irrefutable. Es sabido lo que, de Shakespeare a Lewis Carroll, aportan los textos a su genio y a sus practicantes.

Este es el campo en el que se discierne a quién admitir para su estudio. Es aquel donde el sofista y el talmudista, el propalador de cuentos y el aedo, han tomado la fuerza que a cada instante nosotros recuperamos, más o menos torpemente, para nuestro uso (p.269)

Referencias

Adorno, T.W. (1962). “El ensayo como forma”. En Adorno, T. W. (1962). Notas de literatura. Buenos Aires: Airel.

Duarte, J.P. (2021). Spoilers del presente. Ver series para ser de nuestra época. Universidad Nacional de Córdoba.

Freud, S. (1919) “Lo ominoso”. En Obras Completas. Volumen XVII. Buenos Aires: Amorrortu editores.

García Fanlo, L. (2017). Regularidad y discontinuidad entre teleseries clásicas y actuales. En G. Capello (Ed.) Ficciones cercanas: televisión, narración y espíritu de los tiempos. Perú, Universidad de Lima: Fondo Editorial. 21-31.

Giraldo, M. “La soledad de la diferencia”. Editorial Lacan 21 nº13 18 de mayo de 2023. Disponible en https://www.lacan21.com/ sitio/la-soledad-de-la-diferencia/

Gómez. M. (2015) Cine y Psicoanálisis: Un partenerato posible. Córdoba: Alción.

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Gómez, M. y Michel Fariña, J.J. (2012). Editorial: Series: una interpretación del síntoma. Ética y Cine Journal, 2(2), pp. 9-10.

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Koza, R. (2008) Sobre la magia del cine. Disponible en: http://www.conlosojosabiertos.com/sobre-la-magia-del-cine/

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Lacan, J. (1953). “Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis”. Escritos I. Buenos Aires: Biblioteca Nueva. Siglo XXI editores.

Lacan, J. (1967). “Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela” en Otros escritos. Buenos Aires: Paidós.

Lacan, J. (1971-72). “La angustia” El seminario de Jacques Lacan. Libro 10. Buenos Aires: Paidós.

Larrosa, J. (2003). “El ensayo y la escritura académica”. En Larrosa, J. (2003). Propuesta educativa. Año 12. Buenos Aires

Laurent, E. (2000). Psicoanálisis y Salud Mental. Buenos Aires: Tres Haches Ediciones.

Michel Fariña, J.J. y Salomone, P. (2020). Lo negro, lo blanco, lo neutro. Black Mirror: ética y política de las distopías. Letra Viva.

Wajcman, G. (2019). Las series, el mundo, la crisis, las mujeres. UNSAM EDITA.



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