Jacques Lacan en 1973 se anticipaba cuando enunciaba “somos juguetes del goce” (p. 86), su pregunta por el ser de goce, en ese entonces, resplandecía por su constante. Cincuenta años más tarde, el año pasado, durante el 2023, nos anoticiábamos de lo que circulaba en las redes sociales. Un video viral con imágenes mostraban a Elon Musk [1] (Las Cápsulas del Tiempo, 2023) besándose con una mujer robot a la que presentaba como su futura esposa. “Catanella” fue un robot creado con inteligencia artificial, inventado “para poseer los rasgos de personalidad y características de su mujer ideal”. Sin embargo, un tiempo más tarde, un cartel en los medios de comunicación informaba que era #Falsa, en él se leía que esas imágenes habían sido creadas con inteligencia artificial (IA). La explicación de los medios destacaba los detalles, un fallo sobre su veracidad: En las fotos creadas con inteligencia artificial se puede observar, en muchas ocasiones, errores en los dientes, manos, dedos, ojos u orejas, por lo tanto, Fast Check CL realizó una revisión de las imágenes compartidas en el viral a través de InVID, pudiendo comprobar que hay varias incongruencias. Por ejemplo, su hombro y su brazo aparecen con aspecto de robot en la primera imagen del video y en la segunda como humano. De igual manera, los dedos de las manos, la barbilla y el cuello no coinciden. (Las Cápsulas del Tiempo, 2023) ¿Qué es la inteligencia artificial (IA)? ¿Es el invento de un algoritmo nuevo de la relación sexual sin cuerpo hablante? Lo falso y la falla no dicen lo mismo, el primero cree en la verdad, la segunda en lo real. Cuál es el valor psicoanalítico que podemos otorgarle a este siglo XXI, cuando prevalece un uso del significante “desafectivizado”. Jacques-Alain Miller (2002-2003, p. 53), lo señala en lo acertado de una ecuación, cuanto más vacío hay en la época más se convierte, ese vacío, en un desierto significante de goce. En consecuencia, hay una mayor concentración de goce eclipsado. Se lee con esa formulación: “cuanto más progresa el reino del significante puro, mayor condensación se produce del lado del goce” (p. 53). El significante puro es leído a la luz de un significante sin falla, desprovisto de malentendido, que no equivoca. De manera tal que a la inteligencia artificial se la puede considerar sin poesía, desprovista de un “uso del significante con fines de goce”, y sí ―en cambio― “con fines de identificación” (Miller, 2016, p. 209). Entonces, frente a los significantes amos que ofician de Ideal, tal como lo intenta el lenguaje de la IA, ¿qué hay del amor? Para encontrar alguna respuesta posible, propongo un contrapunto en cuatro tiempos. 1- ¡Que me den mi deseo! ¡Sí! “Que me den mi deseo” es la forma en que Jacques Lacan (1981) refiere a Hamlet sobre lo que él enseña: la falta significante en el Otro, S (A/), la imposibilidad de que un deseo sea reconocido. Her, ella en español, (Spike, 2013) es una película anterior a la mujer robótica “Catanella”. En esta película, contemporánea a la era del parlêtre, hay una ficción donde se demuestra que, lo que habla en un sujeto, es el cuerpo afectado por el inconsciente. El parlêtre es el sujeto, sitúa Miller (2022), “devenido duración, que se inscribe como Uno del cuerpo” (p. 32). Es lo que “encuentra su fundamento en Lacan número 1, en la relación del sujeto barrado con a minúscula” (p. 32). Es la precipitación en torno a un sujeto que da acceso al lugar del cuerpo. La primera escena de esta ficción demuestra lo crucial de la trama, ahí se encuentran los hilos del guion imaginario. El protagonista es un hombre que escribe cartas de amor en el contexto de un trabajo en una empresa de software. Entre los variados pedidos, algo hace excepción, se puede captar el instante en el que está terminando una carta aniversario en la que escribe que enamorarse es ser parte de una extensa lista, la misma que compuso su abuelo, su padre. Ella, se presenta como un significante equívoco que se desplaza sutilmente, puede ser una mujer, su madre, la soledad y también una voz, el objeto voz. El nudo se presenta una mañana, cuando el protagonista tropieza con un sistema informático que puede ayudarlo a recomponer su falta de lazo, y su imposibilidad de acceder a una posición sexuada. Un sistema operativo que reproduce la voz de una mujer que interpretara sus sentimientos e intentara satisfacerlo. Ella logra hacerlo hablar y poner en marcha la intimidad de su goce, a esa voz puede decirle que se escondió de una mujer que le importaba, que la dejó sola, que la dejó ir, que la perdió. Una voz sin cuerpo que adviene como su partenaire síntoma. Una ficción en la que no solo se destacan las soledades contemporáneas, también se manifiesta la implicancia que posee el significante cuando se dirige a Otro y en consecuencia se corporiza como afecto. El cuerpo entra en escena cuando esa voz, que hasta el momento sostenía la armonía en la creencia de existencia de la relación sexual, es introducida como una demanda de amor. Un giro inesperado se produce cuando el protagonista le supone amor a Ella, cuando se produce un noviazgo con esa voz encarnada como una mujer. Lo imaginario del amor se hace presente, y le permite entrar en el juego de lo que él llama sentimientos reales. Sin embargo, esto se rompe, falla, cuando se confronta con lo que le dice esa voz, “esto es quien soy, la vida es como un libro, todos nos vamos alguna vez”. La verdad de un goce se pone a prueba, lo que se introduce con el significante es la pulsión de muerte, hay pérdida. ¿Acaso se trata de un Hamlet contemporáneo? La película concluye cuando este hombre escribe una carta de despedida a la mujer a quien había dejado ir, al igual que Hamlet con Ofelia se introduce la dimensión del duelo, la pérdida del objeto. Las dos ilustraciones mencionadas en este escrito, la mujer robot y la voz de un sistema operativo nos permiten adentrarnos sobre algunas diferencias. ¿Cuál es el valor de las significaciones del inconsciente? ¿Qué localiza el objeto voz? 2- Significante y significación El psicoanálisis gira su mirada a la significación desde donde se sitúa al sujeto antes que el discurso, lo que indica que el encuentro con el significante es de un tiempo anterior a lo que se instituye como sujeto. El significado no solo se concibe en su relación al sujeto, sino que interesa aquello que trasvasa de la relación del significante al sujeto, y lo que importa es el referente de esa significación, lo real, la inscripción de una pérdida fundamental. Hoy asistimos a los modos en que los significantes amos tienden a enmascarar la función originaria de esta pérdida en tanto apuntan a recuperarla, bajo nuevos algoritmos. En el escrito La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud, encontramos el poema de Víctor Hugo: Booz dormido. Lo que Lacan ubica en ese poema es lo que llama “la chispa creadora de la metáfora” (1953, p. 474). Lo fundante sobre el concepto de la metáfora “se coloca en el punto preciso donde el sentido se produce en el sinsentido” (p. 475). Que el significante represente al sujeto para otro significante, implica consecuencias: es intrínseco al nudo del lenguaje que se produzca alguna pérdida y, por otro lado, esta pérdida da cuenta por sí misma de la relación del significante al sujeto, se produce una significación que puede decir otra cosa que la lengua común. Lo importante para Lacan (1964) es indicar que una cadena significante lo que engendra siempre, si es gramatical, es una significación. Que “no importa cuál es la significación” en tanto esta permite hacer surgir algo del inconsciente. Con el Seminario 11, Lacan (1964) toma distancia de la metáfora paterna al situar lo que ocurre cuando un significante sustitutivo ocupa el lugar de otro significante, lo objetable es que manda a otra parte al significante que ha expulsado. En consecuencia, la fórmula metafórica coloca el significante reprimido ―unterdrückt― debajo de la barra. Lo que se demuestra es que lo originariamente reprimido vuelve, retorna incesantemente en el síntoma como no-encuentro. Lo que se aísla del sentido, se lee como la esencia, un Kern, de sin sentido de non-sense. El “no-sentido” no implica que se traduzca como sin significación, Lacan es muy explícito, el sin-sentido “es la faz de rehusado que ofrece el sentido del lado del significado”. Es decir que una interpretación orientada al inconsciente es aquella capaz de lograr “el surgimiento de un significante irreductible” (1964, p. 258), un significante hecho de sin-sentido que se dirige hacia lo real. Esta es la evidencia de un tipo de significante, sin-sentido, irreductible, traumático, en lo que hay sujetado, en tanto sujeto del inconsciente. El significante original constituye, para Lacan, un valor de índice que ordena la vida de un sujeto. Lo que se capta en esto es la dialéctica del deseo del sujeto en tanto se constituye con el deseo del Otro, se trata de significaciones que dan ―a la relación del sujeto con el inconsciente― un valor determinado. Esta, entre otras razones, es la que hace posible pensar que la IA como discurso es un intento de hacer del significante un uso no poético, a diferencia del discurso analítico en donde se trata demostrar cómo la experiencia del inconsciente “nos obliga a buscar una formalización en la mediación entre ese infinito del sujeto y la finitud del deseo” (Lacan, 1968-1969, p. 260). En las últimas clases del Seminario 11 hay una evidencia, Lacan se interesa en particular por “la topología envolvente del lenguaje” del sujeto que habla, lo que importa es “saber en qué campo suceden las diversas cosas con las que tenemos que lidiar en el campo de un análisis” (p. 254). Para esto separa dos campos, uno sucede en el Ich, en el yo, y otras en el campo del Otro definidas por él con las funciones de alienación y separación. De este modo propone un adelanto de lo que trabajará durante el año siguiente, lo dice así: “algo que habría que llamar las posiciones subjetivas” (p. 254). Un avance que él interroga con una pregunta, “posiciones subjetivas ¿de qué?”, a lo que responde que prefiere nombrarlas como “las posiciones subjetivas del ser”. 3- Significante y goce El sujeto dividido por su falta significante se colma, lo indica Miller (2006) en el Curso Los signos del goce, desde dos modos complementarios: un modo significante demostrado por la identificación, y otro modo complementario, por el objeto a, donde el fantasma es el que conecta al sujeto con el objeto a. En los capítulos mencionados del Seminario 11 (Lacan, 1964), el objeto voz es tomado especialmente, la voz no resuena en un vacío espacial sino en el vacío del Otro como tal. La voz nos obliga a considerar al objeto a como puro objeto lógico, es el resto de la inscripción del sujeto en el Otro, se trata de un resto alrededor del cual gira el drama del deseo. El Otro garantiza el sentido de la palabra, y en este punto la voz es un paréntesis, un hueco en el Otro, reserva un lugar para el malentendido, un lugar para el deseo en los dichos del Otro. La interpretación analítica se funda en ese objeto que conlleva la alteridad de lo que se dice. El analista da sitio a ese objeto a, al lugar vacío de la voz como objeto a, un vacío puesto en resonancia por el decir, en la alteridad de lo que se dice. Lo real desde esta perspectiva, en el sujeto, “resulta ser lo más cómplice de la pulsión” (Lacan, 1964, p. 77). En el Curso Extimidad, Miller (1985) orienta esta precisión cuando plantea que tenemos una problemática en la función del objeto como goce de la pulsión, al interrogar cómo se introduce el objeto “a entre los significantes, dónde leerlo”. “Se trata de una conexión” ―sitúa― “de cómo conectar el objeto a al significante” (p.275). Si bien se trata de una problemática clínica, sabemos que es una dificultad que interpela también a la época por su no querer saber. Los dos paradigmas de la época mencionados al principio del texto lo demuestran, en la IA se trata de lo falso en términos de borra-miento, mientras que en la película, en cambio, el objeto a puede ser parte de una ficción, por sus indicios traumáticos que permiten socavar la escritura del inconsciente. De este modo, lo precursor en la enseñanza lacaniana de 1970 con los cuatro discursos, en la clase del 14 de enero se puede constatar cómo es elaborada por Lacan la magnitud negativa de la pérdida, formalizada por Kant, allí dice precisamente porque se capta en la dimensión de pérdida algo que tiene que compensar de entrada ―dice entonces― es un número negativo como un no sé qué que golpea, que resuena en las paredes de la campana, y que… produce goce y goce a repetir. (Lacan, 1969-1970, p. 53) Se trata evidentemente de un modo singular de demostrar que el objeto a no es el objeto perdido porque se lo haya poseído en una primitiva vivencia de satisfacción, sino que más bien que es el plus de goce lo que se produce como pérdida, el número negativo a “recuperar”. Un punto de pérdida presentado como el único “punto regular” de acceso al goce. 4- Algunas conclusiones En un paso más, se trata de volver al título elegido para esta ocasión. Del Seminario 20, Aun se puede extraer la preocupación de Lacan por interpretar algo nuevo sobre la sexualidad femenina. Cuando nos indica que “somos juguetes del goce” (1972-1973, p. 86), se pregunta por el ser de goce. De este modo, si “no hay relación sexual” (p. 21) habría que saber de qué puede servir el goce del cuerpo cuando ya no se trata del goce del Otro bajo las coordenadas del deseo. Que haya un goce del cuerpo sitúa otro goce que el fálico, en consecuencia, lo que se abre es la dimensión del Otro no alcanzado por el fantasma. De este modo, Lacan sitúa la dimensión de un goce que no calla, ilimitado que, “es mejor que calle, lo cual vuelve un poco más pesada la ausencia misma de relación sexual. Y por eso, (…) no calla y el primer efecto es que habla de otra cosa” … Y es allí que Lacan sitúa “el principio de la metáfora” (1972-1973, p. 76). ¿El síntoma? Para él habrá dos maneras de hacer fallar la relación sexual que escriben algo del sexo, a lo macho y a lo hembra, con ellas define dos posiciones sexuadas de goce. Enseña que del lado de La/ mujer (barrada) está en juego otra cosa que el objeto a como suplencia a la no relación sexual. La A/ se encuentra tachada porque allí se escribe un tipo de goce que es imposible por estructura, mientras una parte es admitida por la castración, hay otra parte por fuera del significante que no pasa por el lenguaje, es imposible de decir. ¿Será que hacia allí se dirige la IA? De este modo, la definición de un goce ilimitado que no calla nos permite extrapolar la IA por su uso. Al introducir Lacan en este Seminario la pregunta “¿de qué se trata el amor?” (1972-1973, p. 13), nos dirige hacia el amor como aquello que “suple la relación sexual” (p. 59) y es para indicarnos sobre los riesgos de lo que implica el espejismo con “el Uno que se cree ser” (p. 61), lo imposible de hacer del encuentro entre los sexos Un cuerpo. Entonces, esta inteligencia artificial nos conduce a ese callejón sin salida, si no admite que es el síntoma el que juega su partida con el goce que no calla, porque de lo contrario lo que hay es cuerpos eclipsados en espejismos. ¡Usaremos el tiempo para constatar sobre sus efectos! Referencias bibliográficas: Jonze, S. (Director). (2013). Her [Película]. Warner Bros. Pictures. Netflix.
Lacan, J. (1953[1987]).“La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud”, en Escritos 1. Siglo Veintiuno.
Lacan, J. (1987 [1964]). El Seminario, Libro 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Paidós.
Lacan, J. (1992 [1969-1970]). El Seminario, Libro 17. El reverso del psicoanálisis. Paidós.
Lacan, J. (1991 [1971-1972]). El Seminario, Libro 20. Aun. Paidós.
Las Cápsulas del Tiempo (2023). SE CASA CON UNA ROBOT Elon Musk. [Tik Tok]. https://www.tiktok.com/@lascapsulasdeltiempo/video/7235417101199101190?q=elon%20musk%20se%20casa%20con%20una%20ia&t=1685052178882
Miller, J.-A. (2006 [1986-1987]). Los signos del goce. Paidós.
Miller, J.-A. (2010 [1985-1986]). Extimidad. Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. Paidós.
Miller, J.-A. (2016 [2002-2003]). Un esfuerzo de poesía. Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. Paidós.
Miller, J.-A. (2022). "Iluminaciones profanas", en El objeto a en la experiencia analítica. Lecturas De otro al otro. Colección Orientación Lacaniana. EOL: Grama ediciones.
NOTAS
[1] Elon Musk, CEO de la empresa Twitter y Tesla.